- ¿Cómo se modifica la actitud de un empleado a través de la neurociencia?
- ¿Cómo se ordenan los valores en las personas?
- ¿Cómo se consigue el compromiso de las personas?
- ¿Cómo alineamos la cultura organizacional con los valores de los empleados?
- ¿Cómo conseguimos que las personas sean creativas y quieran añadir valor?
- ¿Cómo conseguimos que los miembros de una organización piensen, sientan y actúen como realmente queremos?
- ¿Cómo se trabaja el aspecto inconsciente en la Gestión Estratégica de los RRHH?
La plasticidad de nuestro
cerebro quizás no tenga límites. Ejercitamos nuestro cerebro a través del
aprendizaje permanente, expandiendo nuestra consciencia.
Nuestro cerebro entiende
perfectamente la relación causa – efecto y la cadena causal así como nuestro
modelo de percepciones y paradigmas, lo que nos permitiría elegir pensar en
forma positiva y si queremos, cambiar nuestras actitudes. Tomamos consciencia
de ello a través de la inteligencia emocional.
Nuestro cerebro también está
dotado de una alta capacidad de resiliencia y longanimidad y tiene la capacidad
de transformar la amenaza en reto cambiando la percepción del problema (Bueno,
2021). Si una situación concreta la interpretamos como amenaza, nuestro cerebro
segrega cortisol, un neurotransmisor que pone en marcha una respuesta de
supervivencia (huida o ataque). En cambio, si nuestro cerebro interpreta esa
misma situación como reto u oportunidad, la hormona que segrega es oxitocina,
la hormona del amor que desempeña un papel importante en las relaciones con
nosotros mismos y con los demás ayudándonos a construir situaciones de
confianza lo que nos ayuda a desarrollar la resiliencia.
Es por ello por lo que la
autoconfianza es un elemento clave cuando hablamos de neurociencia aplicada a
la gestión de los recursos humanos, actuando conforme a como sentimos y sintiendo
de acuerdo a como pensamos: PiensoàSientoàActúo,
junto con la necesaria autodisciplina. En palabras de Erich Fromm: “Sé quién de verdad eres, descubre tus
talentos y tu propósito en la vida. Esto te llevará a hacer lo que amas y
porque haces las cosas con amor, obtendrás lo que necesitas”.
El
autoconcepto, el autoconocimiento y la autoestima son elementos claves para
nuestra autoconfianza. Saber lo que pensamos de nosotros mismos, conocer y tener en cuenta los dos
componentes esenciales de las personas: Esencia y Apariencia utilizando el
camino de la Consciencia y querernos y aceptarnos como somos colocándonos los
primeros en la escala de nuestros amores, nos hará más libres y felices.
“Y dijo Dios: “ama a
tu enemigo” y yo le obedecí y me amé a mí mismo”
Kahalil Gibran
La
felicidad tiene su parte química, es un proceso neuroquímico que consiste en la
liberación de dopamina en el sistema límbico. Con estímulos naturales
como facilitar el ejercicio físico, tener un bonito entorno laboral entre otras
muchas acciones, conseguiremos que aumente el bienestar emocional, la risa y por
consiguiente la felicidad.
Otro elemento clave en la
neurociencia aplicada a los recursos humanos es la neurocomunicación, en el
sentido de que las actitudes las podemos cambiar en base a nuestras
experiencias. El lenguaje y los mensajes se pueden estructurar para modificar
nuestra percepción de un hecho y transformarlo en una vivencia directa (experiencia).
También con la correcta formulación de preguntas para su reflexión profunda
utilizando tanto la mente concreta como nuestra mente abstracta podríamos
modificar nuestras creencias y así, nuestro estado de ánimo. A través de las
preguntas podremos conectar el neo córtex con el sistema límbico. La
utilización de analogías sería otra estrategia para “llegar” al inconsciente. No
hablo de manipular el lenguaje para manipular la percepción sobre un fenómeno
como se realiza en la terapia cognitivo-conductual, si no de transformación a
través de nuestras percepciones y experiencias.
El sentido de pertenencia es
un verdadero estímulo. Las personas queremos vernos y sentirnos parte de un
grupo concreto, esto conforma nuestra identidad y por lo tanto nuestra
satisfacción personal. Nuestro sentido de pertenencia es muy fuerte si lo
contraponemos al sentimiento de pérdida. Necesitamos identificarnos con una
serie de habilidades e incorporarlas para que formen parte de nuestra
personalidad, de esa manera compartimos intereses, valores y creencias.
Utilizar la neurociencia
para la gestión de los recursos humanos es una opción estratégica, solo
necesitamos tomar consciencia de su valor y el deseo de hacerlo. No necesitamos
saturarnos de elementos retóricos ni recurrir a nuestras musas, tal el bendito
Píndaro.
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